El sol es un gran aliado para nuestra salud ya que nos reporta beneficios físicos y emocionales.
No solo activa la circulación y favorece el desarrollo de la vitamina D3 , sino que también fortalece los huesos,
refuerza el sistema inmunologico y nos proporciona el deseado bronceado.
Asimismo, el sol constituye una extraordinaria fuente de energía, equilibra el sistema nervioso, activa las hormonas y ayuda a combatir la depresión.
Cuando nos exponemos a los rayos solares, nuestro cuerpo inicia la fabricacion de un pigmento : la melanina, que absorbe los rayos, y así la piel empieza a broncearse , protegiéndonos del sol.
Pero esta protección "natural" no es suficiente para contrarrestar los efectos nocivos de los dos tipos de rayos ultravioletas que llegan hasta la superficie de la piel :
1)los A ( UVA) causantes de las alergias solares, reacciones fototoxicas y del envejecimiento.
2) los B (UVB) responsables del enrojecimiento.
De ahí la importancia de utilizar un protector solar adecuado siempre que tomemos sol.
Elije productos de factor solar adecuado a tu tipo de piel y que protejan tanto contra la radiación UVB como contra la radiación UVA.
Los
especialistas recomiendan usar un protector solar con un factor 15 o superior,
en adultos, y un factor 30, como mínimo, para los niños.
Un protector solar no
broncea menos, sólo broncea más lentamente pero de forma más saludable. Y
conseguirás un bronceado más atractivo y duradero.
El Factor de Protección Solar (FPS) indica
numéricamente el tiempo que podemos permanecer bajo el sol sin quemarnos. Por
ejemplo, un factor 15 indica que podemos tomar el sol 15 veces más de lo que
podríamos hacerlo sin haber utilizado el protector.
¿Quieres conseguir un bronceado
atractivo y duradero sin que tu piel corra ningún riesgo?
El doctor Jordi Peyri, vicepresidente de la Academia
Española de Dermatología y Venerealogía expone a continuación, de una manera
sencilla y didáctica, los diez consejos básicos que debes seguir para que este
verano luzcas una piel bronceada y sana :
1 Aplica el protector solar media hora antes de
exponerte al sol y extiéndelo de manera generosa sobre la piel seca. Las gotas
de agua actúan como pequeñas lupas y pueden llegar a producir quemaduras.
2 Repite la aplicación cada dos horas, aproximadamente, ya que el agua, el sudor y el roce de la toalla reducen el nivel de protección.
3 Evita las horas de máxima intensidad lumínica. Entre las 12 y las 4 de la tarde, la intensidad de los rayos del sol es muy superior a la del resto de las horas del día.
4 Toma el sol de manera paulatina. Al principio, no superes los 15 minutos diarios. Ve aumentando el tiempo de exposición con el paso de los días, pero sin excederte.
5 Usa un factor de protección más alto los primeros días y, a medida que la piel se broncea, utiliza progresivamente factores más bajos. No dejes de usarlo aunque ya estés bronceado.
6 Utiliza el protector los días nublados. La mayoría de los rayos ultravioletas atraviesan las nubes.
7 Los niños necesitan un cuidado especial. Por su
piel sensible, los pequeños necesitan un factor de protección 30 o superior.
Hasta los dos años no deben ser expuestos de forma directa al sol, lo mejor es
protegerlos con polos y gorros. Dejar
que jueguen preferiblemente la mayor parte del tiempo bajo sombra.
8 No olvides hidratarte bien. Toma muchos líquidos mientras dure la exposición: agua y cítricos (que aportan caroteno). Evita beber alcohol mientras tomas el sol ya que provoca deshidratación.
9 Las zonas más sensibles del cuerpo deben protegerse con factores más altos. Utiliza una barra de labios con filtro y lentes de sol de cristales polarizados para proteger tus ojos.
10 Después de tomar el sol dúchate con agua tibia para cerrar los poros y eliminar los restos de arena si has estado en la playa o cloro si has estado en la piscina. Y tras la ducha, no olvides aplicar una crema hidratante o loción ‘after sun’.
Que disfrutes de tus días de Verano
Bendiciones
Ana María
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